Necesito un tiempo para no pensar y dejar de echarme la culpa por las cosas que no salieron bien, aun sabiendo que no dependían de mi voluntad. Un tiempo para no interpretar y simplemente escuchar. Caminar, observar, escuchar, oler y degustar lo que un viaje lejos de todo, de los dramas, de los rollos, de lo bueno y lo malo de mi rutina, de los amigos y de los que dejaron de serlo, de mis enemigos y de los que pretenden serlo.
Un viaje para dejar de pretender, pensar y comenzar a ser. Dejar los autoengaños, ilusiones y obsesiones. Salir de círculos viciosos, dejar de querer a quienes no me quieren, darme cuenta quienes si me quieren, y apreciar más a quienes me quieren.
En estas vacaciones me pondré a leer psicoanálisis y budismo, con el fin de adentrarme en el lado oscuro de mi mente, en la sombra, salir de las ilusiones y ver la realidad tal cual como es.
Hay realidades que quizás hoy sean dolorosas, que nos roben el pensamiento y nos causen un gran dolor. Pero siempre existe una opción y una nueva oportunidad al alcance, alguien que se va y alguien que llega. En esta ocasión fui yo quien se fue, por un momento, pero se fue. La finalidad es que el tiempo y el espacio entierren algo en lo cual el corazón perdió su fe y la mente entiende que no hay razón en seguir insistiendo en ello.
Simplemente necesito un tiempo…
