sábado, 6 de marzo de 2010

Esperanza y desesperanza


Esta semana abrió sus pequeños ojos un nuevo miembro de mi familia. Con él comienza la tercera generación de nuestra familia que nace en Venezuela; un país que en pleno apogeo petrolero acogió a gran cantidad de inmigrantes que venían en búsqueda de oportunidades y ayudar a construir un país modelo; irónicamente hoy en día se ha vuelto un país de emigrantes y muchas personas pertenecientes a mi generación han ido en búsqueda de una mejor calidad de vida al extranjero, muchas veces se van a la patria de la cual partieron sus abuelos hacia la tierra de Bolívar.

Muchas son las emociones que siento en este momento, la alegría de que una nueva vida brilla en mi familia, alguien que heredara nuestras tradiciones y las memorias de personas que tuvieron el coraje de dejar su tierra y aventurarse en nuevos horizontes; a su vez siento tristeza a ver que el país a que llego no es el mismo que le brindo oportunidades a mis abuelos. Inflación, desempleo, inseguridad, un sistema de salud en crisis, y una educación decadente son algunos de los muchos problemas que enfrenta la nación, sin embargo este nuevo ser me impulsa a luchar para brindarle un futuro mejor, y si mi generación no lo logra tengo mi esperanza en que a lo mejor este nene y los que vienen en camino sean los hombres que construyan una patria prospera. Pero eso es solo una hipótesis y lo que nos queda es seguir luchando para que este pedacito del mundo no se hunda junto con todas las cosas por las cuales mis ancestros y también los tuyos han luchado

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